Viajar en helicóptero puede ser una experiencia emocionante y única, especialmente si lo compartes con los más pequeños de la casa. La vista panorámica, la cercanía al cielo y la sensación de libertad son aspectos que tanto niños como adultos suelen disfrutar al máximo.
Sin embargo, como cualquier tipo de viaje, es importante tener en cuenta algunos detalles antes de abordar.
Preparación antes del vuelo: lo esencial para el viaje
El primer paso para garantizar que el viaje sea agradable tanto para ti como para tus hijos es asegurarte de que todos estén preparados para la experiencia. En un helicóptero, las condiciones de vuelo son muy diferentes a las de un avión comercial, por lo que es importante anticiparse a ciertos factores que pueden ser nuevos para los más pequeños.
Uno de los primeros detalles que debes tener en cuenta es la edad mínima para volar. Muchos operadores de helicópteros requieren que los niños tengan al menos 2 años para abordar el vuelo, aunque esto puede variar dependiendo del tipo de vuelo y la compañía. En MACH Helicopters, por ejemplo, nos aseguramos de que cada vuelo sea adecuado para los niños, ofreciendo asientos adecuados y ajustados a sus necesidades de seguridad.
Además, es importante vestir a los niños de manera cómoda. Aunque las cabinas de los helicópteros suelen ser bastante acogedoras, las pequeñas turbulencias y la cercanía con el rotor pueden hacer que el ambiente sea algo más ruidoso y vibrante de lo habitual.
Durante el vuelo: cómo gestionar el tiempo de vuelo con niños
Una vez en el helicóptero, la clave es mantener la calma y asegurarte de que tus hijos se sientan cómodos y seguros. El espacio en la cabina es más reducido que en un avión comercial, lo que puede generar cierta incomodidad si el niño se siente agobiado. Sin embargo, el diseño de la cabina en helicópteros generalmente permite una excelente visibilidad desde cualquier asiento, lo que hace que la experiencia sea emocionante y divertida para los niños.
El ruido puede ser un factor importante durante el vuelo, y aunque el helicóptero no produce un sonido tan ensordecedor como el de un avión, es posible que los niños se sorprendan por la intensidad de las vibraciones o por el zumbido del rotor. Por esta razón, te recomendamos que utilices auriculares o cascos protectores para que los niños estén más cómodos.
También es importante tener en cuenta el efecto de la presión. Al igual que en los aviones, los cambios de altitud pueden causar un poco de presión en los oídos. Aunque el vuelo en helicóptero suele ser más suave en este aspecto, los niños podrían sentir molestias. Puedes ayudarlos a aliviar la presión de los oídos simplemente masticando chicle.

Mantén a los niños entretenidos y relajados
Para que el vuelo sea aún más placentero, es una buena idea llevar algunos artículos para mantener a los niños entretenidos. La duración de los vuelos en helicóptero varía según la ruta y el propósito del vuelo, pero generalmente los vuelos turísticos duran entre 15 y 30 minutos. Sin embargo, en ese tiempo, los niños pueden disfrutar de la vista y, para hacer la experiencia aún más divertida, puedes llevar algunos juguetes, libros o incluso una cámara para hacer fotos y videos.
Desde la cabina, los más pequeños pueden observar paisajes que nunca habían visto desde el suelo: montañas, mares, ciudades, parques naturales… La emoción de estar suspendidos en el aire puede ser una experiencia única que dejará recuerdos inolvidables.
La seguridad es lo primero: precauciones durante el vuelo
La seguridad es una prioridad cuando se vuela con niños. Todos los pasajeros, independientemente de su edad, deben contar con un cinturón de seguridad adecuado. En helicópteros, los cinturones suelen ser de tipo arnés, lo que proporciona una mayor sujeción y comodidad. Es importante asegurarse de que los niños estén correctamente abrochados antes de despegar y durante todo el vuelo.
En cuanto al aterrizaje, es natural que los niños sientan cierta incomodidad o ansiedad debido a las vibraciones o el cambio repentino de dirección. Lo mejor es tranquilizarlos explicándoles qué está sucediendo y dándoles seguridad sobre lo que van a experimentar. El aterrizaje en helicóptero es, por lo general, suave y controlado, pero el niño puede sentirse inquieto debido al pequeño rebote en el suelo.
El post-vuelo: momentos para recordar
Una vez aterrizados, es importante permitir que los niños expresen sus emociones sobre la experiencia. Al ser una actividad tan diferente a lo habitual, es natural que los pequeños tengan muchas preguntas o quieran comentar lo que han visto desde las alturas. Aprovecha este momento para reforzar la experiencia positiva y hablar sobre lo que más les ha sorprendido del vuelo.
Mach Helicopters: una experiencia familiar segura y cómoda
En Mach Helicopters, entendemos lo importante que es para las familias disfrutar de un vuelo seguro, cómodo y memorable. Nos especializamos en ofrecer experiencias personalizadas, adaptadas a las necesidades de cada pasajero, incluidos los más pequeños.
Nos aseguramos de que cada niño esté cómodo y seguro durante el vuelo, proporcionando asientos ajustados y sistemas de seguridad especializados.